lunes, 12 de octubre de 2009

José Joaquín Martínez Sieso: ¿Quién asusta a quién?

Me siento en la obligación de dar cumplida réplica al artículo publicado recientemente en este periódico por el senadord el PSC-PSOE Jaime Blanco, el cual sostenía la sobrecogedora tesis de que «el PP asusta». Mal se tienen que notar los socialistas para acudir al fantasma del miedo con tanta antelación respecto de las próximas elecciones.
El senador Blanco ha pasado por alto que no se puede decir permanentemente que viene el lobo, porque, cuando llega de verdad, ya ningún vecino incrédulo te ayuda. En cualquier caso, cuando el PSOE lleva cinco años gobernando España cómodamente con sus amigos nacionalistas y de extrema izquierda, parece un poco fuerte leer mensajes en los que la culpa de todo la tiene la oposición. ¡Al parecer, somos el único país del mundo donde el gobierno reside en la oposición!
Los ciudadanos, sin embargo, estoy seguro de que ven las cosas de manera muy distinta, y especialmente los ciudadanos de Cantabria. Ruego al señor Blanco y a sus correligionarios que hagan un ejercicio de sensibilidad social y realismo político, y tomen nota de las cosas que realmente sí asustan a la sociedad.
Asusta mucho el riesgo de perder el puesto de trabajo, o de no poder encontrar un empleo digno una vez perdido el anterior. Los socialistas, como siempre, se han encargado de ponernos en el récord europeo de tasa de paro. Ocurrió con González y ahora con Zapatero. Naturalmente, culpa del Partido Popular, la única oposición parlamentaria del planeta que es responsable de la política económica de sus adversarios.
Asusta mucho la masiva subida de impuestos a la clase media para costear un gasto desbocado del Estado socialista. Los 6.000 millones de pesetas enterrados por el PSOE cántabro en la fracasada fábrica de GFB, por ejemplo, de algún lado tienen que salir: de los impuestos de los cántabros.
Asusta mucho a los emprendedores el riesgo de que sus negocios se vayan al traste por una política económica errática, absurda, improvisadora y de la que el máximo símbolo socialista, Pedro Solbes, se ha autojubilado, con comentarios posteriores no muy simpáticos hacia el Gobierno en una reunión en Suecia.
Asusta mucho, por ejemplo, la incapacidad en política industrial y tecnológica, básica para el futuro de nuestro país y nuestra región. Aquí da lo mismo proponer 300 aerogeneradores o 3.000. Da igual prometer tres centrales de ciclo combinado que no hacer ninguna. O grandes parques empresariales, como el Ecoparque Besaya o Villaescusa, donde siguen corriendo los ratones de campo, porque campo siguen siendo.
Asusta mucho la conciencia de que Santander estará incomunicada por AVE durante prácticamente una década mientras todas las capitales vecinas gozarán de las ventajas de esa infraestructura. Eso, naturalmente, si el senador Blanco no está en aquella contumaz fracción de su partido que argumenta que no necesitamos AVE -por supuesto, todas las demás comunidades están en un grave error de juicio, no son tan inteligentes como nosotros-. Antes era el 'que viene el lobo', y ahora es la fábula de la zorra y las uvas. El presidente Revilla, en cambio, habla de dos AVE. Esto demuestra que hablar es una de las pocas cosas gratis que quedan a disposición del usuario.
Asusta mucho la incoherencia socialista. Mientras Gobierno y partido arremeten contra los banqueros y contra las rentas altas, en la práctica se niegan a fiscalizar las famosas SICAV y lo que aprueban es una subida de dos puntos en el IVA, que afecta por igual al mutimillonario, al pensionista y al parado, con la diferencia importante de que la renta de estos últimos es infinitamente menor. Para qué hablar de la deducción de los 400 euros en el IRPF: fue una medida injusta que no benefició a los más débiles, le hizo un roto a la Hacienda española y ahora al año siguiente hay que suprimirla. ¿También culpa del PP?
Asusta que los cántabros estemos sufriendo la sangría permanente de pagar de nuestros recursos la terminación del Plan Director del Hospital Valdecilla, porque los socialistas llevan años negándose -Elena Salgado en persona desde que era ministra de Sanidad- a firmar el convenio que garanticel a financiación complementaria. Asusta pensar que tenemos que adelantar más de 100 millones de euros sólo porque la capacidad negociadora del Gobierno de Cantabria ha sido hasfa ahora cero. Yo no quise, ante un Gobierno de mi propio partido, aceptar la sanidad si no se pagaba íntegro un nuevo Valdecilla. ¿Dónde está el órdago correspondiente del señor Revilla, o de la señora Gorostiaga? Eso asusta: que no hay determinación, só lo excusas, dilacionesy palabras que se lleva el viento. Nuestros gobernantes no se la juegan por Cantabria: sólo se la juegan por sí mismos.
Pero más debe asustar, exactamente el doble, el incumplimientod el señor Blanco y su Gobierno de la promesa de dar a Cantabria 200 millones de euros del Fondo de Cohesión para la Autovía del Agua. Eso significa que los 200 millones los estamos poniendo los cántabros, y por eso no hay fondos para muchas otras cosas necesarias.
Asusta mucho que toda una vicepresidenta del Gobierno de España pueda protagonizar un fraude político tan colosal como este. Porque si te han mentido sobre 200 millones de euros, ¿qué puedes esperar?
En definitiva, si miramos a nuestro alrededor acerca de las fuentes que debieran inspirar miedo de la sociedad, pronto veremos que estamos hablando del paro, de la recesión, del retraso de las inversiones, de la discriminación de la región, de la subida de impuestosy de la falta de resultados en la defensa del interés de Cantabria. Al único que asusta el PP es a este socialismo ineficaz, caótico, demagógico y discriminatorio.
Porque sólo el PP puede vencerles en las urnas y abrir una nueva etapa para España y para Cantabria. Al senador Blanco le faltó explicar que ese es el único susto que tiene en el cuerpo: que los españoles les pidan cuentas de sus chapuzas.

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